domingo, 25 de septiembre de 2016

La fragmentación del mundo antiguo

A partir del Siglo III d.C. la decadencia de Roma permitió la entrada de los pueblos BÁRBAROS (extranjeros en latín), (germanos).
Algunas veces entraban en forma pacífica, en otras ocasiones lo hacían de manera violenta. Para mejorar la seguridad y facilitar su defensa, el emperador Teodosio decidió en el año 395 d.C. dividir el Imperio en dos partes, y repartirla entre sus dos hijos Honorio (la Occidental) y Arcadio (la Oriental)

Finalmente, en el año 476 d.C. el general Odoacro (ostrogodo) venció al último emperador romano de Occidente (Rómulo Augústulo).

Odoacro amenaza a Augústulo (La última legión)

Tras la caída de Roma se inicia la Edad Media. Debido a la presión de los hunos, diferentes pueblos germánicos se instalan en el territorio occidental del Imperio romano. Así se configura un mapa con reinos independientes: ostrogodos, visigodos, francos, burgundios, alamanes, anglosajones, etc.



Los pueblos germánicos, organizados en clanes familiares y que elegían a su rey, pronto se romanizaron (lengua, religión, monedas, privilegios, etc)

Mientras el Imperio oriental (Bizancio) se helenizó (se orientalizó). En Arabia surgirá el Islam, religión que se extenderá rápidamente por todo el sur Mediterráneo.

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